
Es algo que llevo sintiendo toda mi vida, y de hecho, al hablarlo con más personas siempre llegamos a la misma conclusión.
Cuanto más felices somos, más tememos que llegue el día de nuestra muerte.
También ocurre lo contrario cuando estamos de la forma contraria, es decir, cuanto más tristes estamos, menos miedo le tenemos a la muerte.
El hecho de que aumenta nuestro miedo se nota, sobretodo, cuando estamos saliendo de una mala temporada, y de nuevo, somos felices.
Hablar del pánico a la muerte se ha convertido en un tema tabú en la sociedad de hoy en día, la mayoría de la gente no quiere ni pensar en ello, pero, TODO el mundo tiene miedo a la muerte, a no ser que estés loco.
A medida que crece tu felicidad, crece tu miedo, y a medida que crece tu miedo a morir, crece tu fe, te das cuenta de lo triste que es que todo se acabe y que ni siquiera quede el color negro de cuando cierras los ojos para dormir, entonces comienzas a convencerte de que Dios existe, sientes la necesidad de creer en algo que te va a salvar. Yo no digo que dios no exista, solamente digo que normalmente se siente esa necesidad, yo, personalmente, creo en Dios.
También, si os fijáis, cuando sufrimos depresiones, no nos da tanto miedo la muerte, algunas personas depresivas incluso renuncian a la vida, es decir, como estaban tan tristes, no temieron la muerte.
El grado de miedo a la muerte es equivalente a nuestro grado de felicidad, y el grado de indiferencia a la muerte es equivalente a nuestro grado de tristeza.
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